La dificultad para conciliar el sueño suele aparecer como consecuencia de tensiones y problemas de orden personal, familiar o laboral. Es frecuente en personas que sufren un estrés excesivo, trastornos de ansiedad y depresión. El despertar temprano es frecuente en personas mayores y en personas que sufren depresión.
Diversos problemas físicos favorecen a la aparición de insomnio: dolor crónico, enfermedades cardiacas o respiratorias, apnea del sueño, enfermedades tiroideas, consumo de alcohol o drogas de abuso, etc. El uso inadecuado de somníferos, los malos hábitos de sueño y los turnos irregulares en el trabajo son una causa frecuente. Sólo en ocasiones no existe una causa fácilmente identificable y el insomnio se debe a una alteración primaria de la propia estructura del sueño.
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