- Mantenga un horario de sueño regular, procure acostarse y levantarse más o menos a las mismas horas.
- Evite las siestas durante el día. Si resulta imposible, procure que en ningún caso superen los 20 minutos.
- Procure hacer un ejercicio físico moderado durante la jornada, pero no antes de irse a la cama.
- Evite el consumo de bebidas estimulantes como el café, el té y los refrescos de cola, especialmente en las seis horas antes de acostarse, y no tome alcohol durante la cena.
- Desarrolle un ritual que facilite el sueño: tome un baño caliente, beba un vaso de leche, lea algo antes de acostarse, pero no en la cama
- No cene copiosamente. Es proferible una cena ligera unas dos horas antes de irse a la cama.
- Utilice el dormitorio sólo para dormir y métase en la cama en el momento final. No lea, trabaje ni vea la televisión en la cama.
- No duerma más de lo necesario.
- Procure que el dormitorio esté a oscuras, en silencio, bien ventilado y que no haga demasiado calor. Utilice un colchón cómodo, ni muy rígido ni muy blando.
- No trate de forzar el sueño. Si no consigue conciliar el sueño, levántese, vaya a otra habitación e inicia una actividad relajante (leer, coser, etc.).
Sólo en ciertos casos puede ser necesaria la realización de un registro polisomnográfico o, como comúnmente se conoce, estudio o prueba del sueño. Un registro polisomnográfico completo incluye la medición simultánea de varios parámetros durante toda una noche, como la actividad cerebral, la cardiaca y la muscular, la saturación de oxígeno en sangre y los movimientos del cuerpo. Su estudio posterior determinará si existe alguna alteración primaria en la estructura del sueño.
CURIOSIDAD
Aunque imprescindible para la supervivencia, se desconoce la función exacta del sueño. Es un hecho probado que todos los sistemas fisiológicos importantes están influidos por el sueño y varían de distinta forma a lo largo de sus fases: la actividad cardiaca, la tensión arterial, la respiración, la secreción de hormonas, la temperatura corporal, el sistema inmunitario, etc. Sin embargo, sólo se tiene un conocimiento parcial de cómo afectan dichos procesos al equilibrio interno del cuerpo. Durante el sueño, el organismo fabrica nuevas células de forma especialmente intensa, sobre todo, sangre y piel.
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