J. R. R. Tolkien siempre dijo que El hobbit había sido influenciado El Silmarillion, novela aún inacabada cuando fue publicada la primera, además de por distintos poemas épicos, mitos y cuentos de hadas que había había leído. Entre algunas de las fuentes que se han citado se encuentran Beowulf, el poema épico anglosajón con el que Tolkien trabajó parte de su vida, los cuentos de hadas de Andrew Lang y de los hermanos Grimm, La princesa y el trasgo y su secuela La princesa y Curdie, o El maravilloso país de los snergs.
Según la biografía de Tolkien elaborada por Humprey Carpenter, el origen del mago Gandalf fue una postal que que el escritor compró en 1911 durante unas vacacionesen Suiza y que reproducía una pintura del artista alemán Josef Madlener titulada Der Berggeist ("El espíritu de la montaña"). En ella aparece un anciano de barba canosa, vestido con un largo manto y un sombrero de ala ancha, junto a un cervatillo en un bosque con las montañas de fondo. Carpenter afirma en su biografía que, años después de adquirir la postal, Tolkien escribió en el sobre que la guardaba: "Origen de Gandalf"; sin embargo, el artículo The Origin of Gandalf and Josef Madlender ("El origen de Gandalf y Josef Madlender"), de Manfred Zimmerman, ofrece una investigación más profunda sobre los orígenes del mago y revela como la hija de Josef Madlender confirmó en una entrevista que la pintura databa de mediados de la década de 1920. Cuando preguntaron a Carpenter por la discrepancia en las fechas, afirmó que se había basado en las notas escritas en una copia del sobre donde Tolkien guardaba la postal y de la cual no encontró ningún rastro ante las peticiones de los fans para que la mostrara.
La figura definitiva de Gandalf estuvo particularmente influida por la deidad de la mitología nórdica Odín en su encarnación con Vegtamr, un anciano de larga barba blanca, con un sombrero de ala ancha y un bastón de caminante. El nombre de Gandalf y los de los enanos de la compañía fueron tomados por Tolkien de Edda poética, una colección de poemas escritos en nórdico antiguo, y más concretamente de Völuspá, el primero de ellos. Debido al hecho de que Gandalf abandona a los enanos y a Bilbo en varias ocasiones justo antes de ser capturados, Douglas A. Anderson, autor de la edición anotada de El hobbit, comenta en ella que la conducta del personaje recuerda a la del espíritu de la montaña de las Riesengebirge checopolacas, Rübezahl, quien disfruta haciendo que los viajeros se extravíen.
T. A. Shippey señala en El camino a la Tierra Media otro de los poemas de Edda poética, Skirnismál ("El cantar de Skirnil"), como influencia para las Montañas Nubladas, y más concretamente la frase:
"Las tinieblas están fuera y es nuestra empresa, según considero, dejar atrás las montañas nubladas y las tribus de los orcos".
La figura definitiva de Gandalf estuvo particularmente influida por la deidad de la mitología nórdica Odín en su encarnación con Vegtamr, un anciano de larga barba blanca, con un sombrero de ala ancha y un bastón de caminante. El nombre de Gandalf y los de los enanos de la compañía fueron tomados por Tolkien de Edda poética, una colección de poemas escritos en nórdico antiguo, y más concretamente de Völuspá, el primero de ellos. Debido al hecho de que Gandalf abandona a los enanos y a Bilbo en varias ocasiones justo antes de ser capturados, Douglas A. Anderson, autor de la edición anotada de El hobbit, comenta en ella que la conducta del personaje recuerda a la del espíritu de la montaña de las Riesengebirge checopolacas, Rübezahl, quien disfruta haciendo que los viajeros se extravíen.
T. A. Shippey señala en El camino a la Tierra Media otro de los poemas de Edda poética, Skirnismál ("El cantar de Skirnil"), como influencia para las Montañas Nubladas, y más concretamente la frase:
"Las tinieblas están fuera y es nuestra empresa, según considero, dejar atrás las montañas nubladas y las tribus de los orcos".
Observa además que Beorn tiene ciertas similitudes con Beowulf y Bothvarr Bkarki, personaje de la saga nórdica de Hrólfr Kraki.
Cuando le preguntaron a Tolkien si el pasaje en el que Bilbo roba el copón a Smaug se basaba en el episodio del robo del copón en Beowulf, respondió:
"El Beowulf se cuenta entre mis más preciadas fuentes; aunque no lo recordaba conscientemente cuando lo escribía; el episodio del robo surgió naturalmente (casi de manera inevitable) de las circunstancias. Es difícil encontrar otro modo de proseguir la historia. Supongo que el autor del Beowulf diría lo mismo".
J. R. R. Tolkien, en Las cartas de J. R. R. Tolkien de Humphrey Carpenter
Shippey afirma que la conversación entre ambos personajes está inspirada además en el poema Fáfnismál ("La balada de Fáfnir") de Edda poética, mientras que Anderson apunta en su edición anotada de El hobbit que los dos grandes dragones que aparecen en la literatura nórdica, Fafner, de la saga Volsunga, y el de Beowulf, murieron cuando les acuchillaron el vientre, igual que Smaug. Éste último cita también algunas influencias de las novelas de George MacDonald, La princesa y el trasgo y su secuela La princesa y Curdie, como el aspecto semejante de los trasgos, la oscura visión de las raíces de las montañas o la conducta de Galion, mayodormo de Thranduil, que es similar a la del mayordomo del rey en la secuela, pues a ambos les gustaba beberse los mejores vinos de sus respectivos señores en su misma bodega.
En 1955, Tolkien admitió en una carta dirigida al poeta y ensayista W. H. Auden que la novela infantil El maravilloso país de los snergs, de E. A. Wyke-Smith, era "probablemente el libro que sirvió de fuente inconsciente sólo para los hobbits y para nada más". Ésta narra la historia de un snerg, un miembro de una raza antromorfa caracterizada por su baja estatura, igual que los hobbits. En un principio, Tolkien dijo que pudo haber creado la palabra hobbit inspirándose en la novela satírica Babbitt, de Sinclair Lewis, pero más tarde, en los apéndices de El Señor de los Anillos, establece que la palabra viene del anglosajón hol-bytla ("morador de agujeros").
El pasaje de los huargos se inspiró en la batalla de los licántropos, en The Black Dlouglas, considerada por Tolkien una de las mejores novelas de S. R. Crockett y una de las que más le impresionó durante su infancia. Anderson señala en su edición anotada de El hobbit que el gobernador y los consejeros de la Ciudad del Lago podrían estar inspirados en el alcalde y los miembros del ayuntamiento que regían la ciudad Hamelín en el poema El flautista de Hamelín (1842), de Robert Browning, pues todos los personajes se caracterizan por ser "tacaños, egoístas y conscientes de los intereses de los ciudadanos sólo en la medida que les convenga".
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