Soy Arturo Pedrero García y hasta hace unos meses era residente en un Centro de Salud de la Laguna en Canarias, como médico de familia.
Soy una persona con una discapacidad física: muevo con algunas dificultades mi brazo derecho. Pero ello nunca ha sido ningún impedimento. Tampoco para mi vocación: estudié medicina y conseguí la plaza como Médico Interno Residente (MIR) para formarme y trabajar en el sistema de salud público.
Medio año después de estar trabajando en un Centro de Salud de la Laguna de Canarias, un informe del Ministerio de Sanidad me acaba de retirar mi plaza de MIR para seguir siendo médico: dicen que “no soy apto".
Ni mis compañeros del Centro de Salud ni yo damos crédito. Creemos que esto es un claro ejemplo de discriminación por discapacidad y un grave error de la administración.
Yo nunca oculté mi condicionamiento. De hecho, no puedo. Elegí la especialidad de médico de familia tras hablar con profesionales del Hospital Universitario de Canarias, que me aseguraron no tendría ninguna dificultad para ejercer pese a mis dificultades de movilidad.
Y cuando firmé mi contrato de residente con el Hospital Universitario de Canarias (HUC) realicé, como todos, un reconocimiento médico y aporté la documentación de mi discapacidad, que “no se consideró relevante”.
¿Cómo es posible que desde el Ministerio me digan ahora que no soy apto para ser médico? Pacientes, compañeros de mi centro de salud, médicos del Servicio de Prevención y Riesgos Laborales del HUC aseguran que estoy cualificado para continuar ejerciendo la medicina de familia como hasta ahora.
He llamado a todas las puertas y nadie “es competente” para solucionar el caso. Quiero recuperar mi plaza de médico. Por eso he iniciado esta campaña.
Pido ser readmitido como médico de familia.
¿Me ayudas a conseguirlo? Firma y difunde esta petición.
Gracias.
Arturo
Gracias.
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