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jueves, 20 de septiembre de 2012

Valladolid. Edificios religiosos. Iglesias. Vera Cruz.

Construida por la confradía penitencial de su nombre, para cuyo fin compró los trrenos necesarios en 1582. La primitiva iglesia, de pequeñas dimensiones se hizo siguiendo trazas de Pedro Mazuecos pero su fachada principal, fechada en 1595, la realizó el arquitecto Juan de Nates, que consiguió crear un excelente telón de fondo a la calle de Platerías. Muy bien compuesta, su clasicismo de raíz palladiano ofrce uno de los mejores ejemplos de la escuela hererriana. Constituye igualmente una buena muestra de cómo se organizaban las fachadas de las iglesias penitenciales: balcón presidencial -realizado en 1596 por el rejero Juan del Barco- para presenciar la salida y entrada de los "pasos", y gran arco de entrada que facilitara la maniobrabilidad de los mismos.  En la parte alta, colocada en una hornacina, la escultura del rey Constantino, probable obra de Tomás de Sierra, justificada su presencia por su vinculación con la Santa Cruz.

El interior fue reformado y ampliado a partir de 1667 de acuerdo con la traza que dio el arquitecto Juan Texedor Lozano, inaugurándose el templo solemnemente en 1681. COnsta de una nave principal, con cañón en su cubierta y gra cúpula obre tambor en el crucero, y dos laterales muy angostas sobre las que se sitúan tribunas.

En la nave de la izquierda y situada en el retablo que realizó Juan de Castilla  en 1650 se encuentra una Virgen del Carmen, de mediados del siglo XVII, y de algún seguidor de Gregorio Fernández. A continuación, en una hornacina, el paso de la Oración en el Huerto, destacable por la expresividad del rostro de Cristo, obra de Andrés Solanes. En el brazo del crucero, ademas de la insignia de la cofradía -el Lignum Crucis- se puede admirar el llamado Cristo de la Caña, original de Gregorio Fernández, colocado en un retablo salomónico realizado en 1693 por Alonso del Manzano y en cuyo ático existe una pintura de San Francisco y Santa Teresa, obra de Andrés Amaya.

En el retablo mayor, colocado en 1681, se conserva Nuestra Señora de los Dolores que hizo Gregorio Fernández en 1623 para el paso del Descendimiento y que se entronizó en el altar mayor en 1745. En su ático aparece, en altorrelieve, las figuras de Santa Elena con su hijo Constantino. La presencia de San Juan y la Virgen en las calles laterales del retablo se justifica porque antes estuvo colocado en la caja central el Cristo ahora situado en la nave de la epístola.

En el brazo del crucera de esta última nave se instaló otro retablo salomónico obra igualmente de Alonso del Manzano y coetáno de su pareja que sirve de altar al Cristo atado a la columna, original de Gregorio Fernández y que ya estaba tallado en 1619, obra que constituye una de las más rpresentativas de su producción por la calidad de su estudio anatómico, movimiento y patetismo. También aquí se puede ver el llamado "paso de la borriquilla", el único que se conserva de los de papelón.

El paso del Descendimiento fue trabajado por Gregorio Fernández entre 1623 y 1625 consigiendo su más lograda y aparatosa composición, tanto por su teatralidad como por la calidad individual de sus figuras. Es sin lugar a dudas el "paso" más barroco de los efectuados en el siglo XVII. Junto a él se venera el Santo Cristo del Humilladero -por el que la cofradía tuvo en el Campo Grande- obra de mediados del siglo XVI de algún escultor que conoció la producción de J. de Valmaseda.

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