El antiguo Tribunal de Justicia estuvo ubicado desde fines del siglo XV en el palacio que se había construído a mediados de aquella misma centura don Alonso Pérez de Vivero, Contador mayor de Juan II. La importancia de la familia Vivero, Vizcondes de Altamira, se subraya al levantar, en la entonces villa, este palacio-fortaleza, que se vio envuelto en numerosas ocasiones en conflicos urbanos y políticos. En una de sus estancias, la denominada "sala rica" contrajeron matrimonio el 14 de octubre de 1469 los que después serían los Reyes Católicos. Fueron estos mismos monarcas quienes en 1471 ordenaron la demolición de todo aparato defensivo que tenía el edificio, arruinando su muralla, barbacaba, almenas y torre, poniendo como disculpa el daño que causaba al pueblo vallisoletano con tan amenazador abluarte entonces regentado por el conde de Benavente.
A fines del mismo siglo la familia Vivero perdió la propiedad y la Corona, habilitándolo para Chancillería, efectuó importantes obras, momento al que corresponderá la construcción de su patio central, que consta de dos pisos y tiene pilares octogonales, mostrando estrecha relación con el del palacio toledano de Fuensalida. Actualmente el edificio se encuentra en fase de restauración, habiéndose descubierto interesantes restos de su decoración y ornato primitivo.
Felipe II ordenó en 1562 la construcción junto al palacio principal de la Chancillería, de un edificio destinado a contener los fondos archivísticos del Supremo Tribunal. De su realización se encargó el arquitecto Francisco de Salamanca que diseñó un sencillo edificio en torno a un patio central, con columnas de orden dórico, que ha sido respetado en la restauración del inmueble. A este momento corresponderá igualmente una galería abierta, situada junto al palacio de los Vivero.
Adosada a este último edificio de Archivo se dispuso otro destinado a Cárcel de presos cuyas causas tramitaba el Tribunal, iniciándose en 1678 las obras a cargo de los arquitectos Juan Texedor Lozano, Felipe Berrojo y Juan de Medina Argüelles y pese a haberse terminado a fines de aquel siglo, presenta una carencia absoluta de motivos ornamentales. Tiene planta cuadrada y sus dependencias se organizan en torno a un patio central.
En el nuevo edificio de la Audiencia (C/ Angustias) se conserva en su capilla dos lienzos procedentes de la antigua Chancillería: una Virgen con el Niño, copia del siglo XVI de un original de Sebastiano de Piombo que pudiera haber sido pintado por el italiano Benedetto Rabuyate y un Cristo de la Agonía, firmado por Bartolomé Cárdenas en 1624, curiosamente relacionable con la obra del toledano Luís Tristán.
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