El médico elaborará una historia clínica cuidadosa y llevará a cabo un exámen del sistema nervioso y del cerebro (neurológico) para averiguar si hay:
- Antecedentes familiares de enfermedad neuromuscular.
- Músculos flácidos
- Ausencia de reflejos tendinosos profundos
- Espasmos (fasciculaciones musculares) del músculo de la lengua.
Se realiza un análisis de sangre, en el que la enzima más estudiada es la CPK (creatin fosfoquinasa). En el tipo I puede tener unos niveles normales, pero puede estar ligeramente elevada. Aquí también se busca la enzima Adolasa, la Tasa de sedimentación eritrocítica, niveles de creatina-cinasa, prueba de ADN para confirmar el diagnóstico. Niveles de Lactato/Piruvato. Niveles de Aminoácidos y de la hormona estimulante de la tiroides.
EMG (Electromiografía):
Es una prueba que mide la actividad eléctrica del músculo, también llamado electromiograma. Se insertan unas pequeñas agujas en los músculos del paciente (normalmente en los brazos y muslos) y se observa una señal eléctrica que queda registrada en un aparato. Se mide la respuesta del nervio a los estímulos eléctricos y la veolocidad de conducción motora de los nervios.
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