La Atrofia Muscular Espinal (AME) es una de las denominadas "enfermedades raras". Se trata de una enfermedad neuromuscular de carácter genético, que se manifiesta por la pérdida progresiva de la fuerza muscular.
- las neuronas motoras superiores: situadas en el cerebro; son las que dirigen y controlan a las neuronas motoras inferiores.
- las neuronas motoras inferiores: componen el tallo cerebral y la médula espinal. Controlan la actividad muscular voluntaria esencial (deglutir, caminar, hablar y respirar); además son las encargadas del movimiento del tórax, brazos, piernas, cara, garganta y lengua.

El nivel de afectación de las neuronas motoras no es el mismo en todos los casos; así habrá niños que pueden llegar a caminar, sin embargo, perderán esta capacidad de forma progresiva. Otros, por el contrario, nunca llegarán a sentarse y su espectativa de vida es mucho menor.
Por lo general la Atrofia Muscular Espinal se diagnostica en bebés, aunque también puede aparecer en personas adultas de forma más leve.
Como mencionamos anteriormente, el primer síntoma es la debilidad muscular, que se aprecia primero en los hombros y en las piernas.
En un bebé encontramos:
- dificultad al respirar, lo que conlleva una falta de óxigeno para el organismo.
- dada la debilidad muscular, la alimentación se vuelve difícil, ya que la comida puede irse a la tráquea en vez de al estómago.
- bajo tono muscular.
- incapacidad para sostener la cabeza, el bebé no puede sostenerla por sí mismo.
- el tono muscular va disminuyendo cada vez más con lo que la debilidad va empeorando y el bebé se moverá menos.


- las infecciones respiratorias son cada vez más frecuentes.
- la postura empeora cada vez más.
La Fundación Atrofia Muscular Espinal FUNDAME es una fundación creada por familias y afectados de AME y cuyo objetivo es fomentar la investigación acerca de las causas, la evolución y el tratamiento de la Atrofia Muscular Espinal.
A continuación os dejo un vídeo sobre esta enfermedad, su situación en España y los objetivos y metas de Fundame:
Este artículo se publicó en Enfermedades medulares el 1 de diciembre de 2012
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