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viernes, 18 de enero de 2013

Ahorrar sí... ¿y con discapacidad?

En estos momentos de crisis, plantearse ahorrar en múltiples conceptos de gastos varios que tenemos en nuestro día es básico. Sin duda, que ante dicho planteamiento a todos nos cuesta pero... ¿a que seguro que vosotros no os habeis planteado los costes de una persona con discapacidad y como le comportará más complicación ahorrar?

La discapacidad es muy cara. Así pues ¿cómo ahorrar?. Como persona ciega, si voy a hacer la compra en el supermercado, raramente puedo conocer productos económicos porque las páginas Web de las grandes superfices comerciales no suelen ser accesibles o los trabajadores de ellas que, voluntariamente te prestan sus ojos y brazos, no están para leerte todos los precios y artículos -bastante hacen ayudándote por iniciativa propia.

Si quiero ir de vacaciones solo, en la mayoría de las ocasiones no puedo elegir ofertas más baratas porque los lugares ofrecidos no son accesibles, como por ejemplo tener que contratar a un guía turístico que me explique las cosas y me acerque a tocarlas en lugar de contratar una vista panorámica en bus.


Las adaptaciones informáticas que nos abren multitud de puertas están fenomenal pero al ser objetos utilizados por un público minoritario, salen con un gran coste para el usuario con discapacidad. Son las adaptaciones tiflotécnicas, (tecnología aplicada a personas ciegas), que abren grandes posibilidades pero son caras.

Existen aparatos de todo tipo como básculas, termómetros, medidores, programas para el manejo del teléfono móvil o el ordenador, elementos de mov ilidad, relojes, etc. A todo ello hay que añadirle el coste que supone su adaptación pues no la traen de serie, con lo que el incremento en el precio es inevitable. Así mismo, son artículos que no se fabrican en grandes cantidades, y salen mucho más caros de producir. La ONCE ayuda con subvenciones e investigación en la materia pero aun así, la realidad es que la discapacidad sale cara y no es fácil ahorrar. 

¿Cómo se podría ayudar a cambiar esta situación?

Lo primero sería concienciar a las empresas que el diseño para todos no es un gasto si no una inversión que les va a permitir acceder a nuevos clientes: entre un producto que de entrada sale al mercado con accesibilidad incluida, frente a otro que no lo es, tendrá muchas más posibilidades de ser vendido el que está preparado y el precio será el mismo que para el resto de consumidores. Un buen ejemplo de este modelo de negocio es Apple con su diseño de uso fácil y para todos.

Sería preciso también conseguir se mejore la manera de que alguien con cualquier discapacidad pueda informarse de descuentos, etc. A través de la tecnología que tanto facilita el acceso a la información, sería fácil conseguirlo.

Se tendrían que dar cuenta de que el público con discapacidad son consumidores potenciales porque haciéndolo, más en estos tiempos de crisis, las empresas pueden disponer de oportunidades de venta que ahora pierden.

Sí, ser discapacitado resulta caro y, a pesar de los obstáculos, yo también ahorro. Antes que ciego soy ciudadano y también estoy inmerso en la realidad actual.

En vez de desplazarme en taxi, aprendo para hacerlo en transporte público, todo un reto para mí. Mi ocio se viste de paseos o visitas culturales en grupo, etc. No resulta fácil, nada fácil porque el esfuerzo mental de superación que debo hacer es grande. Soy una realidad, una persona, un consumidor con barreras a la hora de consumir ofertas de productos y servicios porque el acceso no se ha tenido en cuenta.

En definitiva, como siempre reitero: si hay que pagar por servicios especiales o herramientas específicas y teniendo trabajo más o menos al final se consiguen, pero nunca se podrá ahorrar. La cuestión de fondo que siempre late, son aquellas personas con discapacidad, en la mayoría severas, que no teniendo opciones laborales por su tipo de discapacidad, sabiendo que existen aparatos que les facilitarían su discurrir en la vida en muchos ámbitos de actuación, no pueden ni plantearse llegar a ellos por el alto costo y es ahí..., donde hay de gritar que se deberían de emplear las subvenciones y ayudas pues la calidad de vida para esas personas ganaría puntos y sobre todo sería una inversión y gasto de dinero de todos pero para todos.

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