Todos hemos sentido alguna vez la sensación de que una parte del cuerpo "se nos duerme". Si mantenemos, por ejemplo, una pierna en una postura en la que se comprime algún nervio durante un tiempo prolongado, llega un momento en que la notamos entumecida y falta de sensibilidad. Si empezamos a mover esa pierna, vamos recuperando la sensibilidad, pero notamos unas sensaciones extrañas, incluso dolorosas, que desaparecen en poco tiempo. A este tipo de sensaciones, y otras parecidas, es a lo que llamamos parestesia.
Las parestesias son sensaciones que aparecen en un área determinada del cuerpo sin que exista ningún estímulo externo que las desencadene. Generalmente se manifiestan como hormigueos, pero pueden percibirse también como cosquilleo, quemazón, pinchazo o calambre. Muy relacionada con las parestesias está la sensación de entumecimiento, adormecimiento o pérdida de sensibilidad y, con frecuencia, ambos tipos de sensaciones pueden aparecer juntas.
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