Una crisis convulsiva normalmente es una circunstancia dramática para las personas que la presencian. De ahí la importancia de saber qué se debe hacer en caso necesario:
- Mantenga la calma y tranquilice a los presentes. Si existe alguna persona más cualificada que usted, siga sus instrucciones, pero si no es así no tenga miedo en asumir la responsabilidad: las acciones deberían ser dirigidas por una sola persona. Lo más importante no es tratar de atajar o acortar la crisis, que cederá por sí sola, sino evitar que la persona sufra daños innecesarios. Si nadie conoce las circunstancias previas del paciente, indique a otra persona que mientras tanto solicite asistencia médica.
- Impida la aglomeración de gente alrededor del paciente. Retire todos los objetos, muebles y accesorios con los que pudiera golpearse.
- Afloje la ropa alrededor del cuello y protéjale la cabeza colocando debajo cualquier objeto blando: un cojín, un abrigo, una manta...
- No manipule ni sujete las extremidades del paciente: no va a dejar de convulsionar por sujetarlo e incluso puede originarle lesiones. Espere que la crisis ceda por sí sola. Si es posible, intente colocarlo de lado, para facilitar la respiración y la salida de saliva o de los vómitos, si los hubiera, pero sin forzar las extremidades. Tampoco intente hacer la respiración artificial.
- Una vez que las convulsiones han cedido, el paciente queda sumido en un sopor del que tardará un poco en recuperarse. Si no pudo antes, colóquelo en la postura lateral de seguridad, que ahora resultará más sencillo. No intente estimularle ni lo mueva si no es imprescindible y tampoco le dé comida ni bebida. Ahora sería el momento de hacer la respiración artificial en caso de que el paciente no respire, lo que rara vez ocurre después de una crisis convulsiva.
- Permanezca junto al paciente hasta que recupere el conocimiento, pero si le parece confuso o su comportamiento le resulta extraño, asegúrese de que recibe asistencia médica o contacte con algún familiar o amigo.
Una convulsión que ocurre por primera vez es siempre una urgencia médica que debe ser adecuadamente valorada. En el resto de los casos, siga las recomendaciones que el médico le haya indicado. De forma muy general, una crisis convulsiva similar a las previas, en un epiléptico ya conocido, no necesita una asistencia médica urgente; pero las indicaciones pueden ser distintas según el tipo de paciente, frecuencia de las crisis, tratamiento que reciba, etc.
Ante una crisis convulsiva, contrariamente a la opinión popular, no debe coloca nada en la boca del afectado que evite que se muerda: cuando quiera darse cuenta, la mordedura probablemente se habrá producido y no es un problema grave. En cambio, puede ser peligroso introducir objetos entre los dientes.
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