En los últimos 30 años el tratamiento de cáncer infantil ha experimentado un gran incremento en su eficacia.
En la actualidad existen tres armas terapéuticas fundamentales y complementarias:
- Cirugía: permite extirpar, cuando es posible, una parte o todo el tumor.
- Radioterapia: tratamiento indoloro que consiste en irradiar la zona afectada en sesiones cortas y progresivas.
- Quimioterapia: administración oral y/o intravenosa de medicamentos anticancerosos.
Cuando se diagnostica la enfermedad hay que iniciar el tratamiento lo antes posible, pues mejora notablemente el pronóstico. Según la naturaleza de la enfermedad, el tratamiento varía de acuerdo a la combinación de agentes quimioterapéuticos, cirugía y radioterapia. Cuanto más complejo es el régimen terapéutico, es más probable que interfiera en la rehabilitación del niño. La mayoría de los niños han de sufrir un tratamiento agresivo durante un tiempo considerable.
Durante el tratamiento existen una serie de amenazas que pueden complicar el pronóstico:
- Malestar físico
- Cambios corporales
- Hospitalizaciones
- Cuidado ambulatorio del paciente
- Leucemia Aguda
- Efectos a largo plazo del tratamiento
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