Los orígenes de Albacete no se pueden precisar con exactitud, aunque en sus inmediaciones (Acequión, Pozo Moro y Balazote) , e incluso dentro de su municipio, se ha encontrado restos procedentes de la cultura íbera, y romana. Entre ellos cabe citar por su importancia las Esfinges gemelas de El Salobral halladas en 1901. Dotadas de un significado mágico, tienen carácter apotropaico (es decir, defendía el monumento funerario frente al expolio y protegía la memoria del difunto) y psicopompo (un vehículo para conducir el alma del difunto al mundo de ultratumba). La esfinge conservada en España conserva restos de policromía, especialmente un rojo intenso, considerado el color de vida por su parecido con el de la sangre humana. Por sus rasgos estilísticos se fecha su cronología a finales del siglo IV a. C.
No obstante, y gracias a algunos hallazgos cerámicos, se estima que los mismos han de remontarse a la época andalusí, habiendo nacido como una pequeña alquería próxima a Chinchilla de Monte-Aragón, plaza de la que dependió durante casi toda la Edad Media, siendo su nombre original البسيط Al-Basit (La Llanura). De la misma época existen algunos documentos que hacen referencia a un viejo castillo situado en la zona que data de la época Califal.
Según las crónicas de la época, poco más tarde, en 1146 tuvo lugar en las inmediaciones de lo que hoy es la ciudad de Albacete, una batalla que le costó la corona y la vida al rey levantino Saif al-Dawla, muerto por soldados del reino de Castilla.
Tras la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, el rey de Castilla Alfonso VIII rompe las defensas almohades, toma la fortaleza de Alcaraz un año más tarde y se adentra en los despoblados y desprotegidos territorios de La Mancha albacetense. La pequeña Al-Basit es tomada en 1241, bajo el reinado de Fernando III el Santo de Castilla por Pelayo Pérez Correa, (quien también tomaría amplias zonas del Levante) forzando así el Tratado de Alcaraz en 1243 por el que toda la Taifa de Murcia pasa a ser dominio castellano. Albacete será administrada como aldea por la villa de Chinchilla ya en 1269, dentro del poderoso Concejo de Alarcón.
En la historia de esta provincia, y en general, en la historia de la Edad Media española, tiene un gran peso la figura de don Manuel, hermano del rey Alfonso X el Sabio, que había logrado un importante señorío tras la conquista de los reinos musulmanes levantinos.
El señor del Marquesado de Villena inicia una ingente labor de repoblamiento, con la esperanza de triunfar allí donde el rey y la Orden de Santiago habían fracasado. Mediante el Privilegio de Villazgo, promulgado en la localidad conquense de Castillo de Garcimuñoz en 1375, se concede a Albacete el título de villa independiente de Chinchilla. No obstante, el señorío de Villena y más tarde marquesado, padecería numerosas visicitudes en los años siguientes. Durante un lustro, las tierras albaceteñas son escenario de un conflicto bélico entre los partidarios de los Reyes Católicos y los de Juana la Beltraneja, apoyada por don Diego López Pacheco, segundo marqués de Villena. El fin del Marquesado de Villena se inicia en marzo de 1475, con la sublevación de Alcaraz y todo su Concejo, iniciándose así la Guerra de Sucesión Castellana.
Será durante los siglos XIV y XV cuando se erijan en distintos puntos de la villa tres fortalezas en los tres puntos con mayor altitud; una situada en la actual Plaza de las Carretas, otra en la "Villanueva" o Alto de la Villa, actualmente Villacerrada, y la tercera en el Cerrillo de San Juan.
Finalmente, los Reyes Católicos y sus partidarios ganan la contienda y la Corona se apropia de todas las villas, expropia el Marquesado y las encomiendas de la Orden de Santiago, y hace sentir el peso de la nueva política. La nobleza, aún la perdedora, es compensada con creces y las ciudades ven recortados sus fueros y privilegios.
Los sucesos históricos que convulsionan Castilla en los siglos siguientes, afectan a Albacete de diversas maneras. Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla y salvo un breve período la capital igual que otras grandes villas, permanecen fieles a la monarquía.
No obstante, y gracias a algunos hallazgos cerámicos, se estima que los mismos han de remontarse a la época andalusí, habiendo nacido como una pequeña alquería próxima a Chinchilla de Monte-Aragón, plaza de la que dependió durante casi toda la Edad Media, siendo su nombre original البسيط Al-Basit (La Llanura). De la misma época existen algunos documentos que hacen referencia a un viejo castillo situado en la zona que data de la época Califal.
Según las crónicas de la época, poco más tarde, en 1146 tuvo lugar en las inmediaciones de lo que hoy es la ciudad de Albacete, una batalla que le costó la corona y la vida al rey levantino Saif al-Dawla, muerto por soldados del reino de Castilla.
Tras la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, el rey de Castilla Alfonso VIII rompe las defensas almohades, toma la fortaleza de Alcaraz un año más tarde y se adentra en los despoblados y desprotegidos territorios de La Mancha albacetense. La pequeña Al-Basit es tomada en 1241, bajo el reinado de Fernando III el Santo de Castilla por Pelayo Pérez Correa, (quien también tomaría amplias zonas del Levante) forzando así el Tratado de Alcaraz en 1243 por el que toda la Taifa de Murcia pasa a ser dominio castellano. Albacete será administrada como aldea por la villa de Chinchilla ya en 1269, dentro del poderoso Concejo de Alarcón.
En la historia de esta provincia, y en general, en la historia de la Edad Media española, tiene un gran peso la figura de don Manuel, hermano del rey Alfonso X el Sabio, que había logrado un importante señorío tras la conquista de los reinos musulmanes levantinos.
El señor del Marquesado de Villena inicia una ingente labor de repoblamiento, con la esperanza de triunfar allí donde el rey y la Orden de Santiago habían fracasado. Mediante el Privilegio de Villazgo, promulgado en la localidad conquense de Castillo de Garcimuñoz en 1375, se concede a Albacete el título de villa independiente de Chinchilla. No obstante, el señorío de Villena y más tarde marquesado, padecería numerosas visicitudes en los años siguientes. Durante un lustro, las tierras albaceteñas son escenario de un conflicto bélico entre los partidarios de los Reyes Católicos y los de Juana la Beltraneja, apoyada por don Diego López Pacheco, segundo marqués de Villena. El fin del Marquesado de Villena se inicia en marzo de 1475, con la sublevación de Alcaraz y todo su Concejo, iniciándose así la Guerra de Sucesión Castellana.
Será durante los siglos XIV y XV cuando se erijan en distintos puntos de la villa tres fortalezas en los tres puntos con mayor altitud; una situada en la actual Plaza de las Carretas, otra en la "Villanueva" o Alto de la Villa, actualmente Villacerrada, y la tercera en el Cerrillo de San Juan.
Finalmente, los Reyes Católicos y sus partidarios ganan la contienda y la Corona se apropia de todas las villas, expropia el Marquesado y las encomiendas de la Orden de Santiago, y hace sentir el peso de la nueva política. La nobleza, aún la perdedora, es compensada con creces y las ciudades ven recortados sus fueros y privilegios.
Los sucesos históricos que convulsionan Castilla en los siglos siguientes, afectan a Albacete de diversas maneras. Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla y salvo un breve período la capital igual que otras grandes villas, permanecen fieles a la monarquía.
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