El síncope es, en la mayoría de los casos, un episodio benigno, de escasa transcendencia, que ocurre cuando el sujeto se encuentra en un ambiente muy caluroso, en medio de una aglomeración de personas, ha tenido que estar de pie mucho tiempo, ha sufrido una emoción intensa, una visión o experiencia desagradable, sufre un dolor muy agudo, etc. Este cuadro es llamado en medicina "síncope vasovagal" y se debe a una disminución de la presión arterial por debajo de las cibras necesarias para asegurar el riego cerebral. Aunque todo el mundo puede presentarlo, existen personas especialmente propensas.
El síncope vasovagal suele estar precedido por síntomas anunciadores: palidez, náuseas, sudoración, zumbido de oídos, visión borrosa. El sujeto, que normalmente se encuentra de pie, experimenta una sensación de desvanecimiento que le hace sentarse o tumbarse antes de perder la conciencia.
Otra posible causa de síncope es la hipotensión ortostática, una caída de la presión arterial que se produce a consecuencia de un cambio rápido en la postura corporal por ejemplo, cuando uno está tumbado y se pone bruscamente en pie. Es un fenómeno que todo el mundo puede sufrir puntualmente, pero suele ser frecuente en personas que sufren diabetes o ciertas enfermedades neurológicas.
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