Si siente náuseas, busque un entorno lo más fresco posible y haga respiraciones pausadas y profundas. Si está embarazada, evite los olores desagradables: pueden ser suficientes para provocar las náuseas.
Si vomita una sola vez, existe una causa clara y tras vomitar desaparece la desgradable sensación de náuseas, no es necesario darle más importancia. Si no es así, y los vómitos son persistentes, solicite atención médica.
Independientemente de la gravedad o no del proceso causal, uno de los grandes peligors de los vómitos, especialmente en niños y ancianos, es la deshidratación. El riesgo es aún mayor si hay diarrea. Lo ideal en estos casos, es proceder a la rehidratación oral, pero los vómitos la pueden hacer imposible, debiéndose recurrir entonces a la rehidratación intravenosa.
Si los vómitos se acompañan de otros síntomas como fiebre elevada, somnolencia o rigidez de nuca, si son muy violentos o si se producen como consecuencia de un golpe en la cabeza, debe soliticar atención médica con carácter urgente.
Entre las causas no digestivas más frecuentes están las náuseas matinales propias del embarazo.
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