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miércoles, 4 de julio de 2012

Dolor de cabeza. ¿Qué se puede hacer?

Si se trata de un dolor de cabeza corriente, que no le llama la atención, basta con tomar un analgésico simple y descansar, incluso puede ser beneficioso tomar el aire. Un sueño regular y suficiente y una buena relajación son siempre importantes. La falta de sueño, pero también dormir demasiado, puede generar una cefalea de tensión o ser el desencadenante de una crisis de migraña.

Por otro lado, hay que tener cuidado con las posturas: una silla demasiado alta o demasiado baja, una postura viciada en el trabajo, delante del ordenador o durante la lectura pueden sobrecargar los músculos de la nuca, el cuello y los hombros y provocar una cefalea de tensión.

Es aconsejable hacer ejercicio físico de forma regular, pues a menudo sirve para reducir la frecuencia de los dolores de cabeza, pero teniendo cuidado con los ejercicios violentos e intensos cuando no se está preparado.


Algunas personas notan un alivio sintomático con una presión externa en la cabeza o con un masaje sobre el cuero cabelludo, combinados o no con una aplicación de frío o de calor mediante compresas.

El tratamiento de un dolor de cabeza recurrente exige a menudo mucha paciencia. Primero hay que evitar en lo posible los factores desencadenantes del dolor de cabeza. En ocasiones, como en el caso de la cefalea de tensión crónica o de las migrañas muy frecuentes, puede ser necesario recurrir a tratamiento profiláctico durante una temporada.

Para estos casos puede ser muy útil elaborar un "diario de cefaleas" e ir anotando los síntomas y circunstancias en las que se produce cada episodio de dolor de cabeza: fecha, momento y duración, qué se está haciendo en el momento en que aparece, si coincide con problemas o tensiones en casa o en el trabajo, con la menstruación, el fin de semana o las vacaciones, etc. También es importante registrar si aparecen otros síntomas acompañantes (nauseas, fotofobia, visión de luces, rayos, "fogonazos", pérdidas de visión, hormigueos, etc.) y describir las características del dolor (en que parte de la cabeza se sitúa, si aparece rápida o lentamente, etc.). Anote también si el dolor le permite seguir con sus actividades habituales o si, por el contrario, debe dejar todo lo que tiene entre manos y retirarse a un lugar oscuro. Todos estos datos pueden aportarle al médico claves para diagnosticar de un modo más preciso el tipo de cefalea recurrente y elaborar una estrategia de tratamiento más ajustada a cada caso.

Consulte con el médico cuando, además del dolor de cabeza, existan otros síntomas que puedan indicar una afección general, como fiebre o pérdida de peso. Debe hacerse de forma urgente si existen síntomas que puedan indicar que la función cerebral está afectada (desorientación, confusión, alteración del nivel de conciencia, movimientos anormales, pérdida de fuerza en alguna parte de su cuerpo), si se trata de un dolor de cabeza intenso que nunca había sufrido, o si es muy violento y repentino.

¡Atención! Un consumo elevado de analgésicos puede provocar lo que se conoce como cefalea por abuso de analgésicos. Es un fenómenos paradójico, frecuente pero poco conocido. No es raro que un dolor iniciado como cefalea de tensión o como migraña desemboque con los años en una auténtica cefalea por abuso.

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