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lunes, 17 de septiembre de 2012

Valladolid. Edificios religiosos. Iglesias. Nuestra Señora de las Angustias.

La iglesia se comenzó a edificar en 1597 por cuenta de los patronos Martín Sánchez de Aranzamendi y de su esposa, ricos comerciantes, para que sirviera de residencia a la cofradía penitencial de la Virgen de las Angustias cuya existencia se conoce al menos desde 1561. La obra fue diseñada por el arquitecto montañés Juan de Nates y las obras se concluyeron en 1604. El templo es un buen ejemplo de iglesia penitencial en la que desde la sobriedad de sus líneas arquitectónicas y el manierismo de los esquemas utilizados en su fachada hablan claramente del momento contrarreformístico en que se erigió.

Su portada, enteramente labrada en piedra, acusa una desproporción muy evidente en sus dos cuerpos, organizado el primero a manera de gran arco triunfal, repitiendo el modelo de la vecina catedral. Dentro de hornacinas se disponen grandiosas esculturas de San Pedro y San Pablo y la Piedad, en el primer cuerpo, y la Anunciación en el cuerpo alto, todas labradas en 1605 por Francisco Rincón.

El interior consta de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón decorada con yeserías, y una cúpula sobre pechinas sobre el crucero. En los muros se disponen capillas, muy poco profundas a excepción de las abiertas en el crucero.


La segunda capilla del Evangelio está dedicada a San José Carpintero, titular de la Cofradía de los Entalladores, cuya imagen y retablo son obra de Antonio López que aparece retratado en uno de los lienzos de la capilla pintados por Diego Díez Ferreras en 1688. En la capilla del crucero cerrada por reja efectuada por Manuel de Lingode, se venera el excelente Crucifijo conocido como de los Carboneros, obra de Francisco Rincón.

El retablo mayor, ensamblado por Cristóbal Velázquez en 1605, tiene un altorrelieve dedicado a la Anunciación en su cuerpo central y otro alusivo a la Piedad en el ático, repitiendo por tanto la iconografía de la portada aunque en el retablo las esculturas de los Apóstoles han sido sustituidas por las de San Agustín y San Lorenzo; todas son igualmente obras de Rincón, mientras que la policromía del retablo y las pinturas del mismo se encargaron a Tomás de Prado.

En el brazo del curcero de la Epístola existió una capilla similar a su frontera, dedicada a Nuestra Sra. de las Angustias. En 1703 se decidió ampliarla y construir un camarína barroco para cotribuir a realzar los cultos de la Virgen titular de la cofradía. Las obras se concluyeron en 1710 y dieron como resultado una capilla con camarín de tipo abierto, cubierta con cúpulas y decorado su recinto con yeserías y doraduras que conforman uno de los conjuntos más barrocos e interesantes de la ciudad. Los retablos colaterales sob obra de Gregorio Díez de Mata y las dos esculturas de Cristo a la Columna corresponden a Juan de Avila; el San Juan y la Magdalena son originales de Gregorio Fernández y pertenecieron a un paso procesional. El camarín propiamente dicho se decora con siete cuadros de Manuel Peti alusivos a los siete dolores de laVirgen. La Virgen titular, cobijada por un baldaquino neoclásico, es obra cumbre de Juan de Juni que debió realizarla hacia 1561 y su calidad se pone de manifiesto a través del patetismo angustioso expresado en su retorcimiento y en la dulzura de su rostro.

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