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martes, 11 de septiembre de 2012

Valladolid. Edificios religiosos. Conventos y monasterios. Santa Teresa.

Cuarta fundación de la Santa carmelita su instalación en Valladolid fue patrocinada por la generosidad de los hermanos Bernardino y María de Mendoza, hijos del Conde de Rivadavia, que en 1568 cedieron los terrenos necesarios a la comunidad. Al año siguiente ocuparon los solares en los que ahora se levanta el convento. Sin grandes pretensiones, la modestia de este "palomar" contrasta con otros edificios de la Orden, aunque es cierto que ha sabido conservar todo el carácter y ambiente de la construcción primitiva. La iglesia se complementa con las dependencias habituales necesarias para la vida en comunidad, además de una extensa huerta en la que todavía se conservan las típicas ermitas carmelitanas. El templo, de pequeñas dimensiones, tiene una sola nave y un zócalo de azulejería del siglo XVII es el único elemento ornamental que rompe la severidad interior.

El retablo mayor se hizo en el primer tercio del siglo XVII y en él se aprovecharon bustos relicarios de principios de aquel siglo y un Calvario de mediados del anterior. La Inmaculada central es una magnífica replica de Gregorio Fernández realizada seguramente hacia 1635 cuando se tallaron las esculturas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. En cambio el San José con el Niño es original de Gregorio Fernández. Colgados en el templo se ven dos pinturas, una, representando la Oración en el Huerto firmada por Bartolomé de Cárdenas en 1624 y otra, de la Inmaculada pintada en el siglo XVIII.

En el interior de su clausura además de importantes recuerdos personales de la Santa fundadora, destacan entro otras muchas obras, una tabla del leonardesco Andrea Salerno representando la Sagrada Familia con San Juanito, un Cristo de Alejo de Vahía y un pequeño y primoroso Cristo atado a la columna original de Gregorio Fernández.

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