Sepa que no existe la panacea en lo que a posibles tratamientos contra la calvicie se refiere. Existen, es cierto, determinados fármacos, como el minoxidil (por vía tópica) y la finasterida (por vía oral), que pueden ser útiles especialmente en las primeras fases de la alopecia androgénica, pero su resultado es muy variable y sólo son útiles mientras se utilizan, además no están exentos de efectos secundarios y contraindicaciones (consulte siempre su uso con su médico o dermatólogo).
Otra posibilidad es el transplante capilar. Consiste en extraer pequeñas porciones de cuero cabelludo de una zona resistente a la alopecia (las partes laterales de la cabeza y la nuca) e implantarlas en las zonas que han quedado al descubierto. Es, por tanto, útil cuando el área de la calvicie es más bien pequeña. Supone, en cierta medida, una reorganización de los cabellos que quedan en la cabeza. Para la realización de este tipo de técnicas, que en España no están cubiertas por el Sistema Nacional de Salud, es fundamental recurrir a profesionales especializados y solventes.
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