La irritación de las vías respiratorias puede deberse a una infección (como un resfriado, una gripe o una bronquitis), a un atragantamiento, a un agente irritante (como el humo, los irritantes químicos o las partículas en suspensión) o a un ambiente excesivamente seco. En niños pequeños, la laringitis es una de las causas principales de la tos.
La tos es una manifestación habitual de determinadas enfermedades, como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o el asma. El reflugo gastroesofágico también puede llegar a producir tos debido a la irritación provocada por el ascenso del contenido ácido procedente del estómago. Algunos medicamentos antihipertensivos pueden provocar también una tos seca muy molesta.
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