La tos productiva es un mecanismo de defensa cuya función es expulsar el exceso de mucosidad producido en las vías respiratorias, y por lo general desaparece sola al cesar la infección que la originó. Eso sí, es conveniente beber agua en cantidad suficiente para fluidificar las secreciones y facilitar su expulsión. Los vahos también pueden resultar eficaces.
En niños pequeños o en personas muy mayores es conveniente consultar con el médico cualquier tos que, sin motivo aparente, se prolongue más allá de tres o cuatro días.
La tos seca se puede intentar combatir actuando contra los factores que la causan. Cuando se debe, por ejemplo, a la sequedad del aire se puede humidificar el ambiente colocando un recipiente con agua cerca de los radiadores o utilizando un humidificador. Beba agua con regularidad, tome una cucharada de miel y deje que se disuelva en la boca o chupe un caramelo. Si, pese a todo, la tos no se alivia, puede seguir un tratamiento sintomático con alguno de los diversos medicamentos contra la tos, que recomendamos tome siempre bajo prescripción médica.
Consulte con el médico si la tos persiste más de dos semanas, aunque no se acompañe de los síntomas citados, o si empeora progresivamente. También si la tos va acompañada de dificultad respiratoria, dolor en el pecho o sibilancias ("pitos"), de expulsión de flemas purulentas, malolientes o con restos de sangre y en caso de ir acompañado de fiebre persistente o malestar general.
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