Al hablar aquí de debilidad no nos estamos refiriendo a la sensación generalidaza de cansancio o fatiga, que tratamos en un post diferente, sino a la pérdida de fuerza que puede aparecer en alguna o varias extremidades. Esta pérdida de fuerza puede cuantificarse según el grado de resistencia que la extremidad debilitada ofrece a una fuerza contrapuesta (como la que ejerce, por ejemplo, el médico cuando está explorando al paciente).
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