El colegio fundado por Felipe II en 1590 con la misión de formar sacerdotes ingleses para que luego evangelizaran en su patria, tiene si iglesia dedicada a Ntra. Sra. de la Vulnerata y constituye el ejemplo barrojo más importante de la ciudad. El edificio se construyó entre los años 1672-1679 bajo la decidida intervención del padre Manuel de Calatayud que encargó el diseño de la iglesia al jesuita Pedro Matos, quien concibió una planta octogonal alargada, cubierta por una cúpula ovalada de sección rebajada, con capillas rectangulares abiertas en sus lados, alternando las grandes con las pequeñas, con huecos en los muros para circulación independientes. La capilla mayor tiene planta cuadrada y se cubre con cúpula sobre pechinas que proyecta luz sobre el retablo mayor, al que se la ha aplicado un camarín con transparente. Todo el conjunto y los espacios que lo integran se cubren con un repertorio variadísimo de yeserías que alternan en la cúpula central con punturas de Diego Díez Ferreras.
La fachada del tempo es muy sencilla, de ladrillo y paños de mampostería y responde al esquema de dos cuerpos con transición mediante arbotantes curvos. El resto de la construcción se levantó también con materiales sencillos, corriendo a cargo del maestro Pedro Vivanco su edificación.
En su retablo mayor, del estilo de F. Billota, además de la Virgen titular, maltratada por los ingleses en uno de sus ataques a Cádiz bajo el reinado de Felipe II, figuran las esculturas de San Albano, San Tomás Becket y San Eduardo confesor. Las capillas laterales tienen retablos barrocos con esculturas de pedro de Avila, la Piedad, y otras que pueden atribuirse a Juan Antonio de la Peña. Sobre las tribunas se dispone una serie de grandes lienzos originales de Diego Díez Ferreras alusivos a la historia de la profanación y posterior reparación de la Virgen de la Vulnerata.
En torno al sencillo claustro se abren las dependencias colegiales. Sus muros aparecen decorados por un elevado numero de pinturas mediocres pero recordatorias de los santos varones formados en la casa y mártires en su Inglaterra natal. En el refectorio se conserva una formidable pintura del Extasis de María Magdalena de Pazis orginal del madrileño Francisco Solís y un cuadro de San Jorge pintado en 1750 por Fr. Bartolomé de San Antonio, tío del gran arquitecto Ventura Rodríguez. En un recibidor puede admirarse una dolorosa original del Madrileño Francisco Camilo.
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