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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Valladolid. Edificios religiosos. Monasterios y conventos. San Pablo.

Fundado en 1276 por la reina Doña Violante, esposa de Alfonso X, fue la reina Doña María de Molina quien diez años más tarde dedicó todos sus esfuerzos a la obra de construir formalmente el convento. La iglesia actual que sustituyó a otra, de tipo "mendicante" y cubierta con techumbre de madera, fue costeada por el cardenal Fray Juan de Torquemada quien sufragó las obras entre 1445 y 1468. A su muerte el mecenazgo sobre el convento dominico lo protagonizará el obispo palentino Fray Alonso de Burgos que edificó además del claustro, refectorio y capítulo, la portada principal de la iglesia y otras que se encuentran en su interior. El cardenal García de Loaisa mandó construir la grandiosa sacristía cubierta por una monumental bóveda estrellada decorada con escudos de la Orden y figuras de santos dominicos. El duque de Lerma adquirió en 1601 el patronato del convento y además de efectuar la reforma de su fachada principal costeó numerosas obras de arte que alhajaron el templo hasta que la invasión napoleónica dio al traste con el esplendor del convento.

La iglesia, de esbeltas proporciones como corresponde al estilo gótico final, consta de una única nave, con crucero muy acusado y capillas abiertas entre contrafuertes y comunicadas entre sí. Su ábside principal de planta ochavada y cubierto con bóveda de crucería gótica al igual que los brazos y capillas del crucero, es la parte más antigua del edificio. En los testeros del cucero se disponen dos monumentales portadas, en piedra, realizadas hacia 1490 por el taller de Simón de Colonia; la de la izquierda daba acceso a la capilla del Crucifijo y posteriormente sirvió para salir al claustro principal; la de la derecha constituyó la portada de la capilla funeraria de fray Alonso de Burgos, hoy enclavada en el Museo Nacional de Escultura. La cubrición de la nave del templo, de crucería igualmente gótica, descansa sobre ménsulas renacentistas cuya cronología puede establecerse hacia 1540.

Las reformas herrerianas de algunas capillas de la nave y del coro se efectuaron entre 1613 y 1616 bajo la dirección de Diego de Praves, encargándose la tribuna de los patronos y la puerta de la sacristía a Juan de Nates que interpretó los proyectos de Francisco de Mora primer arquitecto del Duque-Cardenal.

En el exterior se alza la monumental fachada que responde, parcialmente, al denominado estilo hispano-flamenco, en cuyo atrio se colocó el crucero procedente de la parroquial de Santiago y los pilares, rematados con leones-tenantes instalados por el Duque de Lerma en 1601. La historia de la construcción de esta fachada resulta muy complicada; documentalmente se sabe que Simón de Colonia se comprometió a realizarla y que en 1500 las obras estaban a punto de concluirse. Ahora bien, en su edificio se aprecian claramente dos partes: la primera comprende hasta imposta situada sobre el bello roseton central en la que se distinguen varias gárgolas, quedando fijados sus límites por las agujas laterales. Sobre la puerta, resulta con arco conopial de perfil ondulado, se dispuso un gran relieve con la escena de la Coronación de la Virgen en presencia de fray Alonso de Burgos que figura arrodillado y en compañía de los Santos Juanes. La segunda parte de la fachada, compartimentada, llega hasta el límite inferior del fontón triangular superior; la claridad de su ordenación responde a una mentalidad clasicista y en su decoración se aprovecharon esculturas góticas, algunas muy próximas a Gil de Siloé y se tallaron otras ex profeso -los Profetas-. El acoplamaiento de tan variados elementos y motivos decorativos como los que se pueden apreciar en su superficie, se realizó bajo el patronato del Duque de Lerma al igual que las torres que delimitan toda la fachada y que también ostentan las armas de Sandoval y Rojas. El frontón, con el escudo de los Reyes Católicos, que corona toda la portada presenta idéntica unidad estilística con el cuerpo bajo de la misma forma y corresponderá también a la actuación de Simón de Colonia.

Su interior se conserva un pálido reflejo de su pretérita riqueza. UnCristo Yacente, de tipo tabernáculo, original de Gregorio Fernández y probablemente el primero de su serie de yacentes, se venea en una de sus capillas. En el crucero además de dos pinturas de Bartolomé Cárdenas -La vocación de San Pedro y la Conversión de San Pablo- procedentes del desaparecido retablo mayor, se puede contemplar la escultura de Sto. Domingo de Guzmán realizada por G. Fernández en 1624. En el presbiterio, recientemente restaurado, un Cristo de Pedro de la Cuadra y cuatro santos dominicos originales de Gregorio Fernádez. El Crucifijo colocado en la Sacristía, de mayor tamaño que el anterior, es obra probable de Francisco Alonso de los Ríos.

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