Las infecciones vaginales son una de las causas principales de secreción anormal. En caso de infección, la vagina aumenta su secreción en un intento de combatirla y restaurar la flora vaginal normal. Una secreción anormal muy característica es la que se produce en el caso de las infecciones vaginales producidas por hongos: la secreción es abundante, blanca y gruposa, y suele provocar picor. Se producen con frecuencia durante el embarazo, después de alguna enfermedad que haya necesitado tratamiento con antibioóticos, así como tras el uso excesivo de productos para el baño. Una secreción amarillo-verdosa o parduzca y maloliente suele ser la señal de una infección bacteriana.
Cuando la vagina está irritada por el contacto con jabones inadecuados, tampones, protege-slips o ropa demasiado ceñida se produce más flujo. Esto no tiene por qué ser un problema, pero debe tenerlo en cuanto la secreción sea excesiva.
El uso de la píldora anticonceptiva puede provocar en algún caso secreción vaginal anormal, de carácter sanguinolento, parduzca (sangre antigua) o rojiza (sangre nueva), que es inofensiva aunque resulte molesta. Una secreción sanguinolenta puede ser también la señal de alarma que indique la presencia de un cáncer del cuello del útero.
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