Es muy poco lo que una mujer puede hacer para disminuir la intensidad de sus menstruaciones o regularizar su frecuencia. Lo mejor es consultar con el médico o ginecólogo para que éste investigue las posibles causas e indique cómo actuar.
Si presenta menstruaciones abundantes de forma habitual desde su juventud, conforme se acerca la menopausia o después de dejar la píldora, puede considerarlo un fenómeno, ciertamente molesto, pero normal. No obstante, comente a su médico o ginecólogo cualquier duda o molestia importante.
Consulte también ante cualquier cambo injustificado en la intensidad de sus menstruaciones, si se encuentra llamativamente cansada, si nota dificultad respiratoria con los esfuerzos o siente palpitaciones, síntomas que pueden corresponderse con una anemia. Lo mismo se puede decir respecto a las menstruaciones irregulares, especialmente si nunca las había presentado previamente o si le impiden quedarse embarazada en el cado de que lo desee.
Una vez descartada la presencia de trastornos específicos, cuyo tratamiento dependerá de cada causa en particular, se pueden aplicar distintos tratamientos para intentar reducir la intensidad de las reglas si suponene una gran molestia para la mujer o provocan anemia. Los tratamientos son diversos y van desde el uso de anticonceptivos orales hasta el tratamiento quirúrgico (sólo en los casos más extremos). En el caso de las menstruaciones irregulares puede ser necesario seguir un tratamiento utilizando algunos de los preparados hormonales que se usan como anticonceptivos orales para regularizar las menstruaciones o induciendo la ovulación en mujeres que desean quedarse embarazadas y no lo consiguen.
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