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lunes, 6 de agosto de 2012

Mareo. Sus causas.

El mareo es una sensación muy frecuente: una persona sana puede presentar mareos tras subir por ejemplo a una atracción de feria, al viajar en coche o en autobús (mareo cinético), especialmente si el trayecto presenta curvas, o después de una velada con un consumo excesivo de alcohol. Cuasi cualquier proceso o enfermedad puede acompañarse de una sensación de mareo en un momento determinado, pero aquí sólo nos referiremos a los más habituales o significativos:
 
  •  La hipotensión (caída de la tensión arterial) es una de las causas más frecuentes de mareo, generalmente con sensación de desvamecimiento. Al contraro de lo que sucede con la hipertensión, no existe un límite mínimo a partir del cual la tensión arterial se considera normal y se estima que la tensión es demasiado baja desde el momento en que produce síntomas. Las causas de hipotensión son múltiples: es frecuente durante el embarazo, cuando se produce una sofredosificación de los medicamentos antihipertensivos o durante la convalecencia de una enfermedad. También puede estar en relación con los cambios de posición bruscos (hipotensión ortostática) o con determinados problemas cardiacos.
  • La mayoría de los procesos que afectan al órgano del equilibrio se manifiestan en forma de vértigos de manor o menor intensidad (el llamado vértigo periférico). En la enfermedad de Ménière son típicas las crisis recurrentes de vértigo, acompañadas con frecuencia de disminución de la audición y acúfenos. En la neuronitis vestibular suele haber una única crisis intensa de vértigo o una serie de crisis sucesivas no acompañadas de otros síntomas, cada vez menos intensas hasta desaparecer en pocos meses. El vértigo posicional paroxístico se caracteriza por vértigos desencadenados por una posición concreta de la cabeza.
  • El vértigo puede tener su origen en un problema neurológico (el llamado vértigo central), como por ejemplo un accidente cerebrovascular, pero esto es mucho menos frecuente y suele acompañarse de otros síntomas neurológicos, como dificultad para hablar, dificultad para tragar o visión doble.
  • El uso de numerosos medicamentos (además de los antihipertensivos) puede ser responsable de mareos que fácilmente se atribuen a otras causas. Esto debe ser tenido en cuenta especialmente en anciano, que ya de por sí presentan una mayor facilidad para marearse, a quienes a veces se tiende a prescribir de forma excesiva e inadecuada muchos fármacos que no son realmente necesarios, algunos de ellos pautados precisamente contra los mareos.
  • La diabetes es una causa frecuente de mareo, no sólo debido a la alta frecuencia de hipotensión ortostática. Las hipoglucemias, o episodios de disminución del nivel de glucosa en sangre, son frecuentes en los diabéticos en tratamiento y uno de sus principales síntomas es, precisamente, el mareo.
  • Algunos problemas de visión, como una deficiente graduación de las gafas o la disminución de la visión por cualquiero causa, puede manifestarse de forma más o menos específica como mareos. Un adecuado interrogatorio por parte del médico permitirá orientar correctamente el problema. Una causa específica de mareo es la visión doble (diplopia), que ocurre cuando los dos ejes visuales no coinciden en el objeto al cual se dirige la mirada, especialmente, si ocurre de forma más o menos brusca. La visión doble que ocurrre de forma brusca suele deberse a una parálisis de alguno de los músculos que dirigen el movimiento de los ojos, motivada por un problema neurológico.
  • No debe olvidarse, por último, que determinados problemas psíquicos, como el estrés, los trastornos de ansiedad o la depresión, pueden manifestarse en forma de síntomas físicos, y los mareos son precisamente uno de los más habituales.
Atención: Si un mareo se presenta de forma inexplicada, se acompaña de otros síntomas, no desaparece o se repite con regularidad debe consultarse al médico.

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