La parroquia de San Nicolás, una de las primitivas de Valladolid, ocupa desde el siglo XIX la antigua iglesia del convento de trinitarios descalzos que se habían instalado en la ciudad en 1606. Su fachada, que sigue obedeciendo al viejo esquema manierista del primer tercio del siglo XVII, tiene una portada similar a la que los trinitarios construyeron en su convento cacereño de Hervás. El templo actual se inició después de 1715, una vez derribado el anterior, del que se aprovechó su fachada, no concluyéndose hasta 1740. El interior que asombra por su monumentalidad y poca expresividad, constaba de tres naves, la central con bóveda de cañón, habiéndose suprimido recientemente la de la epístola.
En la nave del evangelio se conservan, en retablos barrocos, una escultura de San Roque, del siglo XVIII, procedente de su desaparecida ermita, y un San José, del taller de los Avila. Un Crucifijo de hacia 1590, muy similar al realizado en el taller de P. Leoni y ahora conservado en el Museo Nacional y la Virgen del Prado, obra del siglo XIII, muy maltratada, antigua titular del monasterio jerónimo vallisoletano, que preside su retablo mayor, son las únicas obras de interés que merecen destacarse. Debajo de la mesa del altar mayor se guardan los restos del santo trinitario catalán Fray Miguel de los Santos cuya imagen, obra del siglo XVIII, preside otro altar del templo.
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