A la primitiva ermita de San Lorenzo se llevó a fines del siglo XIV, la escultura de la que entonces se conocía como Virgen de los Aguadores, pasando a denominarse Virgen de San Lorenzo, que con el tiempo sería patrona de la ciudad. La ermita "vieja y pequeña y labrada de madera rasa" fue derribada en 1485 por el conde don Pedro Niño que a instancias de los Reyes Católicos construyó una iglesia de estilo gótico. El conde adquirió el patronato de su capilla mayor en 1509, levantándose por entonces su torre, decorada con bolas, pináculos y gárgolas, que hoy en día es lo único que sobrevive del viejo edificio.
A partir de 1597 se inician obras de reforma y ampliación del templo, utilizando trazas del arquitecto Diego de Praves y en 1610 se efectuó la portada sur de la iglesia cuya obra ejecutó Bartolomé de la Calzada. En 1967 se inició la ruina del edificio y poco después se procedió a su derribo. En 1987 se inauguró el nuevo templo cuyo proyecto es original del arquitecto L. A. Mingo. En su interior se conservan, además de la imagen de Nuestra Señora de San Lorenzo, escultura gótica de la segunda mitad del siglo XIV, patrona de la ciudad, cuyas fiestas se celebran la segunda semana de septiembre, el magnífico grupo de la Sagrada Familia que trabajó en 1620 Gregorio Fernández y policromó el pintor Diego Valentín Díaz para la cofradía de Niños Expósitos; la Virgen de las Candelas, igualmenteo bra de Gregorio Fernández; el interesante Cristo muerto del pintor de la escuela barroca madrileña Mateo Cerezo; cuatro grandes lienzos con asuntos marianos debidos al pintor Juan García de Miranda, realizados en el primer cuarto del siglo XVIII. También puede admirarse una buena colección de objetos de plata que entre los que destacan el monumental trono de la Virgen, labrado por el vallisoletano Andrés de Campo Guevara en 1643, las andas de la Virgen, realizadas en 1726 por Manuel de Miranda, varias lámparas de gran tamaño, coronas, etc.
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