Siempre hay que consultar al dentista. Recordemos que, con frecuencia, la aparición de dolor implica que el problema ya está evolucionado. De ahí la importancia de seguir las correspondientes (como mínimo una vez al año) para detectar los problemas en una fase precoz y, sobre todo, para prevenirlos.
Consulte cualquier anomalía que detecte, por mínima que le parezca, como la aparición de manchas blanquecinas en la superficie de los dientes, por ejemplo, que puede ser la primera manifestación de una caries.
Tenga en cuenta que el dolor dental que desaparece no indica, ni mucho menos, que el proceso esté curado. De hecho, si un fuerte dolor de muelas desaparece espontáneamente, lo más probable es que se deba a que la raiz nerviosa del diente ha resultado afectada de forma irreversible. La infección puede, sin embargo, seguir avanzando hasta producir la perdida del diente e incluso afectar gravemente a los tejidos circundantes.
Mantenga siempre unos adecuados hábitos de higiene bucal, siguiendo las recomendaciones especiales que su dentista le haga en cada caso. No descuide en ningún caso las revisiones periódicas. Incluso con una dentadura sana, la higiene bucal que usted puede hacer en casa no resulta suficiente para prevenir la aparición de problemas dentales. No puede eliminar, por ejemplo, la placa dental calcificada, convertida ya en sarro.
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