Este convento de monjas dominicas fue fundado por doña Elvira de Benavides y Manrique en 1488 sobre casas que habían sido del obispo de León, don Luis de Velasco. De los primeros años del siglo XVI será el hermoso patio de su clausura en el que ya se aprecian formas renacentistas. La iglesia se construyó en el siglo XVII y en su realización debió de tener parte Pedro de Mazuecos que en 1604 reconstruía la capilla mayor cuyo patronato había adquirido Doña María de Castro para su enterramiento. Consta de una nave, de escasas dimensiones, cubierta con bóveda de cañón decorada con yeserías. A los pies del templo se dispone el coro bajo de la comunidad. La única capilla privada existente perteneció al licenciado D. Juan Acacio Soriano cuya estatua sepulcral, yacente, contrató en 1598 el escultor Matías Roldán.
De Juan de Juni es el soberbio Crucifijo d uno de los retablos de la iglesia y las pinturas del retablo mayor están firmadas por Diego y Valentín Díaz en 1608. En la clausura se guarda un Cristo Yacente, copia de mediados del siglo XVII de un original de Gregorio Fernández.
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