Nuestro deseo por la comida salada está en desacuerdo con nuestra salud. Es la escisión de una preferencia dietética en la era de la edad de piedra, enfrentándose con la industria alimentaria moderna.
¿Quieres sal con eso? Por desgracia, no es una pregunta que los fabricantes de alimentos están dispuestos a preguntar. En cambio, han logrado colarse un montón de cosas en nuestros suministros de alimentos, y sin que nos demos cuenta, para agrado de nuestras papilas gustativas.
La sal es el mineral que hace que la comida sepa mal cuando no esta en ella, o eso crees. El problema es que puede ser perjudicial cuando se consume en exceso, especialmente en combinación con una dieta de comida rápida. Puede aumentar demasiado la presión arterial, lo que lleva a la hipertensión, que es un serio factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular y el accidente cerebrovascular.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que comamos un máximo de 6 g (aproximadamente una cucharadita) de sal al día, los neozelandeses, por otro lado, nos acercamos a los 9 g. Por suerte, contamos con grupos como la Fundación Accidente Cerebrovascular de Nueva Zelanda que sigue presionando a la industria alimentaria sobre la importancia de bajar los niveles de sal en muchos de los alimentos que comemos.
Pero también existe un debate que dice que la sal no es tan perjudicial como usted puede pensar. Después de todo, nuestro cuerpo necesita para sobrevivir, es fundamental para nuestro sistema nervioso y ayuda a regular el equilibrio de líquidos.
Es por eso que es importante no perder de vista en el panorama más amplio y que gire sobre la sal, o cualquier nutriente, es el chivo espiatorio. Es imposible mejorar nuestra dieta y salud, de un solo nutriente a la vez.
Y aquí está la frase de remate, la sal mejora la vida útil de los alimentos en que se encuentra, pero no la vida útil de la persona que lo come.
¿Así que deberíamos de cortar su consumo? Creo que sí, aunque es importante tener en cuenta estos dos hechos:
- La restricción de sal puede ser saludable y perjudicial a la vez.
- ¿Confundido todavia? Vamos a simplificar.
- Más de Dave Shaw: No se deje engañar por las etiquetas de los alimentos.
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